EL SEXO COMO PUERTA AL BIENESTAR

10′ de lectura

Quizá porque se acerca el verano, quizá porque vengo de una isla donde se ha reanudado la pasión festivalera y veraniega que tanto invita a la ligereza de ropa y de intercambio físico, quiero explorar lo que significa la sexualidad y el impacto que tiene sobre nosotros. Porque cuando hablamos de sexo no sólo hablamos de placer físico, sino de TOOODAS las emociones que acontecen desde el momento del flirteo hasta el acto en sí.

A pesar de la funcionalidad placentera de la experiencia ( y reproductiva, pero por suerte, ésta puede quedar bajo la decisión personal), es una de las acciones que más teclas toca de la psique y de los sentimientos, deja mucho rastro en la mente y en las emociones.

De entre tanto griterío cultural y mediático que invita al sexo ilimitado, quiero aprovechar para explorar con amorosidad lo que supone este intercambio físico. Todos estamos de acuerdo en que es una experiencia sensorial muy gratificante, sobre todo cuando fluye de forma nutritiva y positiva, pero cuando se mueve desde la inercia, las ansias o la presión, puede desembocar en ser una experiencia para olvidar. Para que este rastro consiga ser satisfactorio, debemos conectar con nuestra sabiduría interior, al fin y al cabo, el sexo es una extensión del amor: amor por uno mismo , amor por el propio cuerpo experimentándose, amor por la autoestima reafirmada, amor por el hecho de compartirse con otro…

1. La sexualidad como intercambio energético

ENERGÉTICO EN EL SENTIDO ORGÁNICO. VAMOS A VERLO:

El sexo se basa en compartir, mejor dicho en compartirte a ti mismo con alguien (o algunos) con quién intercambiar afecto sensorial en el objetivo de ofreceros satisfacción. Es una experiencia física que integra lo que recibe de fuera y lo filtra hacia dentro a través de la barrera de tu piel, que es la puerta al universo sensorial, incluso mística de la dimensión del placer.

Pocas experiencias tienen tanta resonancia en nuestro interior como la del intercambio físico, un juego de placer donde todas las acciones corporales son intensas: vibras, gimes, te sacudes… en tu cuerpo se escenifica una orquesta de sensaciones in crescendo dominado por un lenguaje de placer. Ninguna práctica física activa tantos sensores corporales ni mantiene el cerebro tan alerta como lo hace el sexo: es un momento de máxima INTERCOMUNICACIÓN DENTRO TUYO.

La experiencia sexual enciende todos los circuitos corporales a máxima intensidad: tu cuerpo procesa lo que recibe del exterior y el cerebro la reinterpreta respondiendo con montones de sustancias químicas y hormonales. Por un lado tenemos miles de conexiones nerviosas intercomunicándose y compartiendo información, y por otro una cascada de hormonas modificando y adaptando el organismo a la situación: aumentando el riego sanguíneo, provocando erecciones, dilatando y lubricando las zonas erógenas….

Este despliegue neuroendocrino y neurosensorial es el que hace del sexo una experiencia energética: hay un montonazo de energía química y eléctrica intercambiándose y comunicándose dentro de ti.

DE AHÍ la magia y la atracción del sexo.. por el gran impacto que tiene sobre nuestros cuerpos, mentes y emociones.

2. El sexo es una apertura a nuestro mundo interior

Pero vayamos un poquito más allá. Ya sabemos que el sexo nos abre a la obtención del placer, pero también abre otras capas de nuestra persona algo más íntimas.

Cuando te relacionas sexualmente con alguien lo haces desde el deseo de querer obtener placer, satisfacción, bienestar en resumen. Y para lograrlo abres tu camisa, tu colcha y tu persona, te expones desprovisto de ropa y barreras para abrirte a un lenguaje dominado por la emocionalidad y caracterizado por poca implicación de la mente racional. No puedes abrirte totalmente al placer si no abres la totalidad de tu persona, y eso requiere estar dispuesto a exponerse vulnerable, y de una forma bastante personal. Por mucho que nos esforcemos en teñirlo de experiencia física, el sexo son emociones en estado puro. Y ES PRECIOSO.

Cuando el sexo surge de un enlace en la que se establece una igualdad de deseo, un parecido en atracción, un anhelo de ofrecer cuidado al otro cuerpo, es decir, existe EQUILIBRIO entre las emociones que nos llevan a enlazarnos , la experiencia es maravillosa.

Peeeero cuando se extrae alguna de las variables que contribuye a la balanza, se queda una experiencia coja, un querer de más y obtener de menos… Y parece que últimamente, con las ganas apresuradas de obtener placer y sentirnos atractivos y deseados, nos lanzamos a las prisas a relaciones sexuales esporádicas encontrándonos con que recibimos intercambios físicamente placenteros pero emocionalmente carentes, dejando una parte de nosotros deseosa de algo más ( amor, cariño, afecto, anehelo de compartir, de ser atendidos…).

Con la liberación sexual hemos ansiado hacer superfluo e intrascendente un acto que es muuuuy personal y más profundo de lo que nos gustaría admitir, que conecta con tu dimensión interna y tiene vía directo con la grabación de recuerdos en tu psique….

Pensadlo fríamente: es la única experiencia en la que una persona entra literalmente dentro de ti, o en la que entras en una persona, y como comprenderás, una acción con esta relevancia, el cerebro debía disponer de un sector de la memoria especialmente indicado para procesar el evento. Como hemos visto antes el acto sexual tiene muuuucha repercusión en el organismo.

Es por eso que te puede hacer el más feliz del mundo pero también dejarte bastante destartalado. A pesar de la maravilla del sexo, a veces lo que debería ser una experiencia fabulosa en puede transformarse en un día del calendario que quieras borrar. Así que….

¿Cómo podemos hacer para alinearnos con encuentros satisfactorios?

3. ¡CÓMO IDENTIFICAR PERSONAS PARA UN SEXO SANO!

Mirad, saber si alguien va a ser bueno para ti o no es MUCHO MÁS FÁCIL DE LO QUE NOS PENSAMOS.

TODO SE BASA EN ESCUCHAR TU CUERPO Y TU PERCEPCIÓN.

Cuando te encuentras con una persona, justo en el punto donde no conoces nada de ella, si pones atención dentro tuyo percibirás una sensación inicial de expansión o malestar que es más veraz que cualquier juicio que puedas formular a posteriori.

En estas fracciones milimétricas de tiempo en las que todavía no existe suficiente información para que la mente pueda ponerse a formular juicios de valor ( quizás sólo estéticos), ahí aparece LA SENSACIÓN.

Justo en ese espacio sin cháchara mental hay sabiduría, precisamente antes de que la mente se ponga a catalogar los pros y los contras hay unos instantes donde captas «seguridad» o «desconfianza», «tranquilidad» o «inquietud». Estos pequeños rayos de información suelen ser más veraces que la mayoría de juicios posteriores, basados en elementos atractivos o despreciables introyectados en su mayoría por códigos de valoración social.

Me explico mejor: en esos momentos te dejas de historias sobre cuantos títulos universitarios tiene o si vive con los padres o no, y percibes la ESENCIA de la persona. Y eso es lo más verídico que vas a recibir , más que su extenso currículum de éxitos.

Y es que, nuestra mente generalmente escoge parejas (fijas o esporádicas) como lo hacen los algoritmos de TINDER: valorando y calificando rasgos como su belleza, su estatus, su poder adquisitivo y otras variables sobre si encaja o no con nuestra forma de vida, a lo que se dedica, y si es lo suficientemente original como para seducirte en dos frases o dos minutos de chat; vamos lo hiperracionalizamos y lo analizamos todo desde la métrica de la mente ( y se hace aburrido de narices ).

Así que mi consejo es: déjate guiar por las sensaciones. Permítete que oído interno te indique el qué. Tal y como expongo en los posts como «la veracidad de la intuición» las percepciones que recibimos tienen una dimensión más elevada de la que hoy por hoy podemos demostrar, debes confiar. Te animo a que confíes en tus sensaciones e intuiciones, y te lo recomiendo efusivamente.

Y lo digo por que, en mi manera de ser exploradora, he querido descubrir el porqué de una percepción negativa y en más de una ocasión me arrepentía de haber llevado el experimento hasta el final, el resultado doloroso justificaba más que de sobras esas sensaciones de alerta que se me habían despertado.

Cuando he esperado hasta ver el porqué me despertaba mal rollo, en parte para dar credibilidad a esa SENSACIÓN SIN ARGUMENTOS, me he llevado una hostia y la reafirmación de que la sensación era más que justificada. Después de varios experimentos con ciertas secuelas emocionales, ya he aprendido a VALIDAR las sensaciones premonitorias sobre lo que se me despiertan innatamente en relación a alguien. Ya no me hace falta conocer PORQUE me da mal rollo una persona, basta con escuchar la información y seguir el consejo de mi sensación. Si no te da tranquilidad, aléjate. Y si te la da, explora. Pero sobre todo recuerda, la tranquilidad debe surgir de tu esencia, no de tu mente, no del discurso mental ni de los listados de pros y contras.

4.En el sexo se despiertan emociones

Como resumen de todo el contenido, y como reivindicación me quedo con este título:

EL SEXO DESPIERTA EMOCIONES

(o hace las emociones susceptibles de intervenir en escena).

Están ahí, son protagonistas que escenifican los pensamientos en el cuerpo y van vinculadas a ti, a tus recuerdos y memorias, por lo tanto cincelarlas de nosotros es una mutilación, es apostar por la hipocresía de pretender que somos más nosotros mismos sin ellas, aparentar que eres tú sin lo que te hace ser tú. Y esto duele, porqué dejas de lado tu auténtica versión para vender una falsificación de ti mismo, escenificas una apariencia forzada para encajar.

Más que una supresión del sentir, lo que hace falta es una familiarización con las emociones que nos lleve a una mejor aceptación y elaboración de las mismas. No va tanto que nos cohibimos de tenerlas, sino que podamos entender que están ahí ¡ y darles el espacio que necesitan! Y si aparecen en cama, pues, ¡bienvenidas entre las sábanas!

Es por ello que se hace vital relacionarse con parejas sexuales sanas, cómodas con la facción de la personalidad que es menos racional y nos hace más personas.

Porque gente….el sexo poco tiene de racional….. a veces es todo lo contrario, irracional desde la raíz.

Si analizamos el sexo desde su orígen funcional, vemos que para llevar a cabo la tarea reproductiva, se necesitan emociones muy vinculantes, son imprescindibles tanto para que la mujer cuide de sí misma y del proyecto de vida que alberga dentro, como por el proceso mutuo de apoyo en el ejercicio de atender a las exigencias de un bebé. Si no fueran así de vinculantes, el éxito de la maternidad sería bastante escaso.

Aunque vivimos un momento dónde podemos elegir el placer a la reproducción, en la evolución de la especie ha habido más los años en los que el sexo ha cumplido una misión funcional que únicamente placentero como para pretender que nuestra mente se base únicamente en la diversión.

Es un terreno de emociones, genética, fluidos, diversión, compenetración, exploración…. pfff… tantas cosas que definirlo en «sólo sexo» se queda flácido. Hay de todo, y es bonito que sea así.

5. Cuando el sexo sienta mal

Tenía una amiga que a menudo me decía: «¿cuánta pintura negro es necesaria para ensuciar un bote de pintura blanca? Sólo una gota» .

Así sucede en relación a nuestra interioridad, una simple gota puede desestabilizar tu preciado equilibrio interior.

Para comprender porqué nos afecta tan en profundidad debemos entender que el sexo es un terreno de permisividad que da cabida a muchas actitudes que en otros contextos estarían cuestionadas o quedarían prohibidas: puede albergar agresividad, dominancia, depravación… Al ser un terreno dónde se da rienda suelta a las pasiones, desterrando comportamientos lógicos y permitiendo el desalojo de actitudes que en otros contextos quedarían prohibidas o estarían mal vistas, como la depravación, la rabia, la dominación, el castigo… Nos acercamos a fronteras inexploradas de la tolerancia del cuerpo, y en ocasiones, fronteras poco nítidas entre lo que entre lo que es lícito y puede resultar placentero/ constructivo, de lo que no lo es y nos perjudica.

En ese umbral fronterizo entre lo que es placer y lo que es agresión hay personas que aprovechan la experiencia para desalojar las emociones que no saben gestionar, lo utilizan como escapatoria a toda aquella carga interior que en otras áreas de la vida quedarían reprimidas. Y el sexo puede llegar a convertirse en un medio para drenar la ira, la rabia, la frustración y otro sinfín de emociones potentes usando la brutalidad o contundencia física, utilizando a la otra persona como catalizador, como cable a tierra.

Pero resulta que una persona no es un canal al que no le quedan residuos de la experiencia, es otro ser humano cuyas células vibran y se comunican, expectantes a recibir y escribir el recuerdo… por tanto sensitivo a captar todo el material sobre él desalojado.

Es en estos momentos cuando entra en juego el sentimiento de malestar: una experiencia que teóricamente debía ser placentera y agradable, se convierte en malestar y terminas sintiéndote desanimado, incluso de bajón…que a pesar del placer físico el precio emocional posterior no merece la pena.

Y el sentimiento de malestar ES PERFECTO, porque es una alarma, una sabía alarma que nos indica qué nos está haciendo daño.

Por eso es necesario que PROTEJAMOS nuestro espacio interior. y PARA ELLO dispoonemos de un MARAVILLOSO RADAR que nos indica mediante las sensaciones de entusiasmo o el mal rollo valoraciones intuitivas de la persona con la que nos planteamos el affair (lo que veníamos hablando en el punto anterior).

Cuando te enlazas a una persona a través del sexo, te enlazas literalmente con la persona, que es una memoria externa de experiencias que al acoplarse a ti, provocará un intercambio de información, conmutará el contenido de la carga que transporta, tanto la positiva que te euforiza, como la destructiva que te hace sentir mal. No importa si utilizas el aislante del preservativo, el tema energético va más allá, os acopla como individuos.

Párate un segundo a pensar en cómo nos influye estar al lado de personas con cierto tipo de actitudes emocionales, no hace falta que hablen demasiado, con su presencia es suficiente: hay personas que contagian positividad, con quienes te animas y alegras, y otras personas con las que te quedas escuálido de energía. Si así sucede en este nivel de superficialidad, ¿Cómo no va a existir una influencia más intensa en el intercambio sexual?

6. Y si te equivocas, no te culpes

ilustración por Maria Gómez

Así que, ESCÚCHATE, que las prisas por «follar» no sean más grandes que tu amor propio.

Aún que bueno… si la cagas, tampoco te fustigues, todos hemos sido impulsivos y todos hemos tenido más ganas de complacer nuestras necesidades inmediatas que de escuchar la voz de la paciencia. Todos hemos querido satisfacer nuestras necesidades afectivas aquí y ahora más que darles un proceso de desarrollo. Y yo me incluyo .

Queriendo encontrar cariño me he lanzado al sexo, y queriendo satisfacer el sexo me he encontrado que se me despertaba el cariño. Y te fustigas por no ser «mente fría» que puede separar lo uno de lo otro, y que en la marcha afectiva del compañero de aventuras de almohadas, te quedas ahí con unas ganas insatisfechas. Así que entendí que la cagamos como parte del proceso de aprender a ponerte freno a las ganas para enfocarte en el objetivo a largo plazo.

Aún que jode… ir en contra de lo que te apetece hacer en el momento por ir a por lo que quieres alcanzar. Es una especie de dieta restrictiva en calorías, en los que eliges dejar de comer lo que te apetece porqué no es sano, porqué te hace daño o para conseguir ese objetivo amoroso. Piernas cerradas a no ser que te abran el corazón. Des de ahí siempre va a saber todo más dulce.

Te deseo muy buenos encuentros sexuales, llenos de satisfacción, equilibrio y amor.

Carolina Muscatelo

2 respuestas a “EL SEXO COMO PUERTA AL BIENESTAR”

  1. Que wayyy lo que has escrito con relación al sexo Carolina!, me encanta como lo expones 😍👍🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼

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