COMPARARSE CON LOS DEMÁS

Cuando el motor de nuestra motivación es la comparación con los demás, perdemos de vista nuestro equilibrio interno, porque en vez de encontrar la señalización del ritmo en nuestro interior, permitimos que lo que hay fuera sea nuestro indicador geográfico de donde estamos y al ritmo que vamos. Aquí es cuando nos aceleramos por encima de nuestra capacidad, y es cuando nos desajustamos. La comparación en si misma tiene una finalidad reguladora, solo hay que aprender a usarla.