La vida es un entrenamiento en el soltar, en el fluir y liberarnos de cosas que nos son cómodas, para, a través de la incomodidad, ir en la búsqueda de las cosas que nos harían felices.
Si algo he aprendido un poco a regañadientes es la IMPORTANCIA DE CERRAR CICLOS. Cuando queremos proyectarnos hacia un futuro prometedor es imprescindible no dejar atrás etapas entreabiertas o hechos a resolver en el futuro, situaciones a medias o “por si acasos” , sobre todo cuando decides emprender un rumbo un nuevo destino lejos del marcador geográfico dónde te encuentras.
Cuando te vas, ya sea tanto para cambiar de aires o para dejar el pasado atrás, si te marchas dando la espalda a problemas o huyes de temas que deben resolverse, el futuro se reorganiza de tal modo que te acaba devolviendo al epicentro de los conflictos para que los afrontes, te guste o no. Aprender a clausurar asuntos pendientes por mucho miedo que hagan, es una apuesta de futuro ganadora, es una opción mucho más saludable que te permitirá escoger otro rumbo de vida desde una posición de libertad energética y vinculativa.
Cuando te marchas dejando temas sin clausurar, es como irte tirando una ancla allá donde eliges no cerrar etapa, y esta ancla te acaba haciendo volver a ese punto, lugar o situación por mucho que te resistas …. por mucho que te predispongas en mantener en activo la ruta que introdujiste en el GPS hacia el hortizonte de posibilidades, por mucho empujes con fuerza aquella dirección, el peso del ancla siempre te trae de vuelta.
El ancla simboliza el peso de los enlaces no liberados, de las situaciones no resueltas, de las cosas de la vida que se han pospuesto para ser afrontadas en el futuro. Por tanto, si quieres tener la sensación de poder moverte con absoluta libertad, si quieres ver navegar tu vida en la dirección que te marca el corazón, viaja con el ancla contigo. De esta forma siempre podrás avanzar o regresar, pero desde la libertad de decisión plena, sin remordimientos, sin ataduras, sin acontecimientos que te obliguen a volver. Sino siempre tendrás que volver al lugar del que te querías alejar para recuperar el ancla que dejaste atrás.

Cuando verdaderamente quieres abrirte a un nuevo espacio de vida y permitir la manifestación de otra realidad, leva las anclas, cierra las etapas, clausura los conflictos y suelta, libera los lugares, los espacios y las personas de la obligatoriedad del vínculo contigo. Porque, sino, creas un enlace que te impedirá manifestar atracción hacia dónde quieres dirigirte… No podrás arraigarte a un nuevo espacio o una nueva realidad porque ya estás arraigado en otro lugar.
¡OJo! ¡Levar las anclas y dejar las amarras del puerto que ya conoces no es tarea fácil!!
De inicio, supone cortar con el cordón umbilical del hogar y salir en busca de la tierra prometida. Es asomarse a la absoluta incertidumbre del mar abierto de los sueños para perseguir una ilusión, la promesa lejana de la luz de un faro, una búsqueda en la que esperas mejoras para ti pero en la que, mientras estas mejoras no estén presentes, los temores sacudirán tu nave y los “peros” te desviarán del rumbo, donde pueden aparecer hechos indeseados con los que lidiar y que, ciertamente, pueden atragantar más que la posible sensación opresora de la que pretendes marcharte.
IRSE sin amarras no es fácil …pero volver obligado por los vínculos que mantuviste por miedo a no encontrar la tierra prometida es una forma MUY FRUSTRANTE DE VOLVER.
Por eso aquí quiero recordarte que, a pesar de la incomodidad del traspaso de situaciones, dónde la mente no se siente nada a gusto y pretende engancharse de esas cosas que le dan estabilidad, precisamente esas cosas de las que te pretendes aferrar son espejismos de realidades pasadas que funcionaron pero ya no lo hacen, sistemas de vida que un día fueron útiles pero ya no lo son más.
Por eso, si has optado por el intrépido camino del cambio, cuando te sientas perdido y sin rumbo RECUÉRDATE LO VALIENTE que estás siendo para salir a la búsqueda de una nueva realidad que encaje con la persona que eres ahora, y que lo que dejas atrás ya no soluciona LO QUE NECESITAS AHORA. Y ciérralo, porque así viajarás ligero de cargas y de vínculos. Cierra las relaciones que funcionan por inercia, cierra las casas con las que sólo queda la costumbre de estar, cierra las actividades en las que ya no sientes alegría o realización. Cierra. Que si deben reabrirse lo harán por sí mismas.
Y a medida que navegues en el mar de posibilidades irán apareciendo aquellas bienaventuranzas que indican la dirección en el camino, irán apareciendo aquellas circunstancias y bendiciones que apoyarán las siguientes decisiones de vida. No tengas miedo, que tanto sea para avanzar o retroceder, vas por el camino correcto.
Te mando un abrazo;
Carolina Muscatelo